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ACERCA DE EL ARISTÓCRATA

Noticias verdaderas de un diario de verdad

El Aristócrata es uno de los diarios de noticias más relevantes del Perú y el mundo, ofreciendo una cobertura exclusiva e independiente a través de cientos de corresponsales en varios puntos del planeta.

 

Fundada en el año 1899, El Aristócrata ha acompañado por más de 100 años a todos los peruanos en los acontecimientos históricos más relevantes por los que pasó el país. De un inicio humilde, la historia de El Aristócrata empieza con su fundador, Eduardo Manuel de Scharoll y Carranza Barone, un joven periodista y empresario limeño con mucha esperanza y deseo de transmitir toda la información de la actualidad peruana a sus compatriotas. Eduardo, llamado “Chaca” por sus amigos más cercanos, logró con mucho esfuerzo recolectar el capital suficiente de distintos inversores privados que velaban por la libertad de expresión en el país. 

 

Desde ese crucial momento, el camino de El Aristócrata ha sido uno de altibajos. Llegó a convertirse en el año 1918 como el diario líder en publicaciones en Lima y Perú, alcanzando por igual los hogares de las familias más pudientes y las más humildes de la capital. Sin embargo, múltiples cambios en el status quo de la política nacional provocó que lo que en un inicio fue considerado por el mismo Jorge Basadre como la “pieza de literatura con mayor influencia en el Perú moderno” caiga en la clandestinidad. El diario sufrió múltiples ataques, tanto en prensa escrita como también violencia física, de parte de detractores que no aceptaban las verdades que el diario publicaba y exponía. Decir la verdad le costó caro a El Aristócrata. Tuvo que cerrar imprenta por muchos años y, cuando las aguas se calmaron, difundió un semanario de contrabando desde un lugar recóndito de la capital. Siempre en pie de lucha ante las injusticias.

 

No fue sino hasta 1930 que las publicaciones se volvieron a realizar. Distintos tratados del fundador y conexiones vitales consiguieron que El Aristócrata vuelva a llegar a lo alto del círculo social limeño. Pero lo cierto es que El Aristócrata nunca se fue. Siempre estuvo presente. Y así siguió viento en popa hasta que una nueva tragedia lo alcanzó. En la celebración de su cumpleaños 80, “Chaca” sufrió un derrame cerebral, lo que ocasionó una feroz lucha por su sucesión. Kael, el hijo mayor de Chaca, parecía ser el heredero natural, pero sus propios demonios complicaron su ascenso. En ese proceso, las figuras ascendentes de sus hermanos menores, Ramón y Silvana “Silv”, cogieron mayor tracción en la empresa y se desató una guerra civil que mantuvo a los peruanos a la espera de saber quién asumiría el control de tan importante medio periodístico. Más personas se sumaron a la lucha: Tanto Tomás, el esposo de Silv, junto a su compañero Gregorio “Goyo”, con quien mantuvo una relación homoerótica y psicosexual, o Conrado, el hermano mayor de la familia y quien tuvo una corta incursión en la política. Luego de varios años de lucha, el fallecimiento de Chaca, y múltiples engaños, traiciones y alianzas, Tomás salió vencedor como el nuevo líder del diario.

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Lamentablemente, ser sucesor de tan importante diario no fue tarea fácil. Malas gestiones combinadas con el clima político siempre cambiante y algunos enemigos hechos en el camino causó que El Aristócrata cierre por segunda vez su imprenta en el año 1971. Pero El Aristócrata nunca guarda silencio. Siempre estará presente y nunca morirá. La tercera generación De Scharoll y Carranza Barone revitalizó con juventud el diario y se adaptó a los nuevos medios en los años 80. Desde la clandestinidad por ciertas persecuciones políticas, los nietos del fundador empezaron a realizar publicaciones para la comunidad extranjera peruana con imprentas en París, Francia y Bruselas, Bélgica que luego eran distribuidas a distintas ciudades de Europa. Y así fue por muchos años hasta inicios del nuevo milenio, donde las nuevas tecnologías y el nuevo liderazgo de la cuarta generación permitió al diario volver a la capital. Ahora con un semanario, El Aristócrata regresó a las casas de los peruanos. Sin embargo, esta nueva realidad no duraría mucho tiempo. La llegada del internet al Perú provocó un cambio importante en El Aristócrata y se tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de su historia: cerrar la imprenta para siempre. El 25 de marzo de 2018 se publicó el último número con una portada de despedida al Perú y buen augurio para el entonces nuevo presidente Martín Vizcarra.
 

En la actualidad, El Aristócrata es 100% digital, realizando publicaciones en su página web, siempre a la vanguardia de la información. Lamentablemente, por ataques constantes de varios rivales políticos y comerciales, muchas de las publicaciones hechas se perdieron en la página web. Sumado a los distintos incendios y ataques violentos de las oficinas de El Aristócrata a lo largo de los años, provocó que todo el archivo de El aristócrata desapareciera. Una pérdida terrible para la historia del Perú. Pero no importa. Porque El Aristócrata verdadero nunca muere, siempre se mantiene vivo y presente en la historia del pueblo peruano.

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Qué es El Aristócrata?

El Aristócrata es un portal de noticias satírico con el único objetivo de entretener a su público. Cualquier noticia publicada en la página web u otros medios pertenecientes a El Aristócrata debe ser considerada como ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

¿Qué hago si mi nombre aparece en una noticia de El Aristócrata?

El Aristócrata usa nombres inventados en todas sus historias, con la excepción de casos donde se satiriza a personajes o instituciones públicas. El uso de nombres, marcas o instituciones debe ser considerado como elemento contextual dentro de una obra de ficción. Cualquier otro uso de nombres reales es un accidente y coincidencia.

¿Cuántos años debo tener para leer El Aristócrata?

El Aristócrata está dirigido a un público adulto mayor a 18 años. No está recomendado para menores de edad.

¿El Aristócrata es gratis?

El Aristócrata, desde que se convirtió al 100% en un portal web, ha sido completamente gratuito.

Estoy molesto con una publicación de El Aristócrata, ¿qué hago?

Primero, mantén la calma y mira a tu alrededor.

Respira.

Inhala.

Exhala.

Estás en una pradera verde.

Hay muchas flores a tu alrededor.

Cierra los ojos.

Estás en paz.

Segundo, recuerda que El Aristócrata es ficción y nada de lo que dice es cierto.

Tercero, en caso tu molestia continúe y te sientas afectado, puedes escribirnos pues tenemos toda la disposición de eliminar alguna publicación bajo los motivos correctos.

Quiero invertir en El Aristócrata.

Primero que nada, te queremos mucho y ojalá estés pasando un muy buen día. Segundo, estamos abiertos a cualquier inversión en El Aristócrata, pues no tenemos nada de dinero. Cualquier inversión o donación a la página es bienvenida, ya que permitirán que este portal se mantenga en pie. Por favor, contáctanos para recibir información acerca del debido proceso.

Quiero hacer publicidad con El Aristócrata.

El Aristócrata tiene una línea editorial marcada que prioriza la sátira y burla de la realidad peruana. Estamos abiertos a publicitar cualquier empresa que esté dispuesta a alcanzar un compromiso en cuanto a dicha publicidad. O no. Con tal de recibir algo de dinero, podemos hacer excepciones.

Quiero trabajar para El Aristócrata.

Parece que no ha quedado muy claro que no tenemos nada de dinero. Cero. Literalmente estamos perdiendo dinero ahora mismo solo por existir. Si aún así deseas escribir para El Aristócrata, mándanos un mensaje y te responderemos con el proceso de selección que se lleva a cabo. Por favor, no mandes ninguna posible publicación para El Aristócrata en caso no lo pidamos durante el proceso. Por temas de propiedad intelectual, cualquier nota periodística no será tomada en cuenta ni leída para evitar daños a los derechos de autor. Adicionalmente, planeamos realizar convocatorias en un futuro próximo para nuevos escritores. Las mismas serán publicadas tanto en nuestra página web como en otros medios.

Quiero hablar con un supervisor.

No tenemos supervisores. El Aristócrata tiene una distribución de cargos basadas en la homogeneidad en los cargos de sus trabajadores. Todos valemos igual y nadie supervisa a nadie. Todos somos felices así y el mundo es perfecto.

¿Quién es El Aristócrata?

Es un secreto.

¿El Aristócrata es real?

¿Qué es real en esta vida?

¿Qué duele más, un casi-algo o una relación de muchos años que acabó?

Un casi-algo. Siempre te quedarás con el “qué hubiera sido” en tu cabeza. Las relaciones se acaban por un motivo específico. Aunque sea lo intentaste y no funcionó y sabes el porqué. Pero los casi-algo no. Aunque es verdad que puedes encontrar motivos por los cuáles el casi-algo no funcionó, siempre te quedas en un limbo de no saber qué hubiera pasado si lograban superar ese problema. Y por eso mismo, todo el contexto de un casi-algo es tóxico. Y duele un montón, pero eventualmente pasará. Las heridas cicatrizan y solo quedan los recuerdos. Lo importante es aprender de los errores. Recuerda que “los que no recuerdan su pasado, están condenados a repetirlo”.

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